019 A la mañana siguiente, Don Silvio se despertaba en su habitación. Se sentía muy bien y se desperezó
muy descansado como nunca. Pero enseguida se extraño porque él siempre durmió arropado con su pijama; y ahora,
estaba completamente desnudo sobre la cama. Se miró las manos y se las vio pintadas de bermellón.¿Qué extraño? Él no sabía como sus manos amanecieron pintadas de esa manera.¿Qué broma es está?
Se levantó y fue al ropero a buscar alguna prenda que ponerse, pero se quedó
helado al verse al espejo su cara maquillada como un burdo payaso. Sus labios
pintados como un maricón con coloretes en su mejilla le hicieron salir
corriendo para el lavado y tirarse chorros de agua contra su cara. Mientras se
preguntaba ¿Cómo lograron éstos gamberros dormirme y ponerme estas cosas?
Tuvo que usar
jabón para sacarse rápido el maquillaje. Luego se quedó más tranquilo al verse
normal, pero se quedó pensando en que era lo último que recordaba. Pensó en los
jóvenes que le trajeron una supuesta mujer poseída y que él despacho con
premura. Ahí estuvo seguro...Todo fue una actuación para conseguir ponerme en
este estado y quien sabe Dios si no me fotografiaron así para ponerme en ridículo
o reírse de mí. Se dijo: Estaré alerta, pero ahora debo apurarme porque casi es
la hora de la misa matinal. Pronto mis feligreses me estarán esperando.
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