Maldición

Maldición
HORROR

sábado, 6 de abril de 2013


  062  La bruja Jiang Shi hacía uno giros al ras del suelo con su pierna, que barría al monje Lo, que le atacaba.
 Gabriela se sostenía, a duras penas, contra un barril.

      El exorcista Miguel se asomó a espiar la pelea. Presto pronto a intervenir en el momento adecuado.
      Hernández también fue alcanzado por aquella veloz bruja que, los barrio de un plumazo a dos.

   Era el momento. Miguel se adelantó y silbó; con sus dedos en la boca he hizo retumbar la bodega entera.
   Jiang Shi se giró al instante para mirarlo desafiante.

   El exorcista tenía un plan. Y agitando su mano, la llamo a que se acercase hacía él.
   Jiang Shi furibunda, camino firme hacía aquel insolente cura que osaba llamarla cuando ella se estaba divirtiendo, exhibiendo su kung fu.

   Más el exorcista Miguel se sentía muy seguro de lo que iba a hacer. Cogió de la mano a María del Huerto y la trajo junto a él. Mientras hablaba y le decía a la bruja:
—Señora Jiang Shi. Creó que le he huido, como siempre huyo yo de mí. Porque me gusta oír, y de ser posible, poder ver de tras la cerradura.  Como todo cura me gusta fisgonear detrás del confesorio lo que otros dicen y cuentan. ¡Eso también es placer!... Por eso yo quisiera mirarle besar a está mujer que está llena de energía y que voluntariamente ama a un cura. Pero yo la prefiero mirarla amar.

Jiang Shi rió. Y le dijo:
—Los curas son tontos o enfermos. Son débiles porque todo lo natural les parece mal...pero por mí; no tengo problema. Seguid por los siglos de los siglos que yo me gozó a todo hombre o  mujer. Y está gordita me la pienso comer a besos. Ja,ja,ja,ja.

   Miguel se apartó y le decía a María del Huerto:
—Busca en tu beso a Silvio. María, él te sentirá... El amor es más fuerte que la posesión.
   Jiang Shi buscaba poder arrancarle las energías a María, sin darse cuenta que en María había amor. Y cuando su frustrado intento de quitarle la energía fracaso. Se dio cuenta que el amor de María era del cuerpo que arrebató.

    Don Silvio sintió el cariño de su María y su cuerpo brotaba desde dentro del cuerpo. Su cara cambiaba y sus formas se modificaban. Y de vuelta Silvio afloraba.
    María del Huerto lo sintió y lo olió. Sabía aún con los ojos vendados quien era su amor.

   Ella se quito la venda y se quedó mirando a los ojos de su siempre amado señor cura.
   Silvio sintió la fuerza del amor que lo rescató.

   Pero la magia fue solo un instante. La bruja  Jiang Shi le peleaba por salir desde adentro.
   Sus ojos le cambiaron. Y el resto, después.

      La bruja volvía a aflorar y Silvio se hundía.
      Jiang Shi se recobraba y la furia le acompañaba, que de un manotazo arrojo por los aires a María.
     Hernández , apareció corriendo desde atrás. Intentando sujetar a la bruja que estaba a medio transformar.

    Miguel gritó:
—Bien. Sujetarla bien, antes que le vuelva todo su poder.
    Y seguidamente saco de entre sus ropas un crucifijo y una botella de agua bendita. Mientras empezó a rezar en latín.
    Casi al unísono el monje extrae de sus ropas sus papeles santos caligrafiados y empezó a rezar en chino mandarín.

   La bruja no tenía ya fuerza. El exorcismo a dúo de los religiosos le hacía no poder soltarse de los brazos de Hernández que la retenían.
   Miguel abrió la boca de la bruja con su cruz y el agua bendita le hizo beber.


          El Monje Lo recitaba y su papel se incinero por combustión instantánea.
   La bruja se volvió aún más pálida. Con su piel blanca como papel, mientras sus ojos se abrían y su pupila se achicaba. De su boca salía su lengua de medio metro que se agitaba como una serpiente.
   Hernández se impresionó y la soltó.

   La bruja Jiang Shi miró ha Gabriela que se había puesto a rezar. Y tratándola de arañar se lanzó hacía ella.
   El monje Lo reaccionó lanzando una patada para interceptarla y detenerla. También Hernández la quiso detener, y le pateo tras su rodilla.
   Gabriela saltó hacia atrás y se colocaba en guardia.
   Lo advertía:
—¡Cuidado! ¡Quiere arañar para poder emigrar!

    La bruja aún se movía con rapidez, pero su cuerpo se modificaba a pasos acelerados. Enrollaba sus piernas y sus uñas pasaban como guadañas.
    Más Lo y Miguel saltaban por los aires , para aplicarle patada y rodillazo a su cabeza.

   La bruja salió despedida por los impactos y rodaba hacia Gabriela. La cual, reaccionaba saltando encima de  está.
  
    Jiang Shi se incorporaba pero la reacción de su cuerpo crecía y se le agrandaba por todo su cuerpo. Todos sus arterias y venas se insuflaban bajo su piel. Viéndose como si fueran unos gusanos rojos y azules reptando por su piel.
    Tanto se hinchaba que su reloj se cortaba en la malla.

   Con temblores y estertores su cuerpo se ponía a vibrar. El desenlace ,pronto, la haría reventar.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario