Maldición

Maldición
HORROR

miércoles, 3 de octubre de 2012

047    El monje Lo y el sacerdote Miguel se encontraron en la explanada de conciertos a un absorbido y a una zombi caminado errantes en la oscuridad.
      Cada uno se dirigió a uno de los espectros para liberarlos de su mal. El exorcista mostró la cruz y avanzó rezando en latín. El monje taoista con movimientos rituales saco con maestría su papeles de conjuros de la fuerza de santos y se dispuso a enfrentarse a la zombi que venía por él.
   Al mismo instante, ambos se ocuparon de aplicar sus sortilegios a ambos espectros.
   El absorbido lanzó espuma por la boca y desprendiendo vapor en esqueleto se convirtió. El exorcista se santiguo.

   La zombi cayó al suelo y con temblores se retorcía.  El monje Lo recito unos versos en chino para ahuyentar al espíritu ying.
     Pronto la zombi se inflo aumentando su volumen y el monje como un rayo corrió.
   Como un globo que sobrepasa la tensión, la zombi reventó.
    Monje y exorcista se retiraron hacia el otro extremo de la explanada donde llegaba una furgoneta policial. Hacia ella convergieron los cuatro y el comisario Hernández hablaba con un policía:
—Quiero que lleve este cuerpo al Centro Forense y se lo entreguen al Dr. Martín.
   El exorcista con disimulo dijo al comisario:
—Tenemos dos más.
   El comisario prosiguió con su indicación:
—También quiero que limpien la zona de conciertos, seguramente encontrarán otros cuerpo y material orgánico. No es material peligroso y puede hacerlo un furgón policial forense de traslado. Pida apoyo. Gracias oficial.
El policía respondió:
—¡A sus ordenes Comisario!
     El comisario Hernández se giró y hablo con los demás:
—Volvamos al auto. Tengo otro informe para nosotros.
    Ya montados y en camino por la ruta el comisario cedió la palabra a la inspectora Gabriela:
—Nos han llamado por un camión aparcado en la ruta. Es de una de las personas desaparecidas. Podría ser otro afectado por la bruja Jiang Shi.
    El comisario preguntó:
—Maestro Lo,¿un absorbido puede conducir un camión?
    El maestro contesta:
—Sí. Los hijos de la bruja Jiang Shi pensar cuando tener energía de la luna llena. No muy bien porque ellos con mucha hambre, pero si poder pensar lo suficiente como para ser peligrosos. No confiarse.
     El sacerdote Miguel dijo:
—Me preocupa su cuerpo de policía. ¿Qué pensarán de los cuerpos que se recogen? No creó que sea una rutina normal.
     El comisario le responde:
—Tiene razón. Mañana a primera hora tendré que explicarles de alguna manera lo que sucede.
     El sacerdote vuelve a decir:
—Espero que lo haga sutilmente. El Vaticano no quiere mucha publicidad de los incidentes.
     El comisario le dice:
—No le comprendo. Para la Iglesia sería una publicidad muy grande que la gente se enteré de que un exorcista elimina el mal.
     La inspectora Gabriela le contesta:
—No comisario. Los exorcismos se producen frecuentemente pero el Vaticano no los publicita. Porque la publicidad puede llevar a más gente a servir al culto del mal. La publicidad puede aumentar el culto en ambos sentidos.
    El coche se perdió en la carretera.

    A esa horas, el Abad del Monasterio, llamaba por teléfono al Obispado y cogía la llamada la monja Sor María:
—Hola. Tengo al cura Silvio trabajando con un grupo de monjes en las bodegas de nuestro monasterio. Como usted nos advirtió Sor María, lo tendremos entretenido hasta que usted llegue.
   Sor María sonrió y le dijo:
—Esta noche no puedo ir. Estoy preparando "una adopción", pero a mañana estaré allí. El obispo me ha autorizado a ocuparme del caso personalmente.
   El abad le dijo:
—No se preocupe. Lo retendremos hasta que usted llegue.
  Continuará...

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