Maldición

Maldición
HORROR

lunes, 28 de mayo de 2012

029      A la noche, el comisario Hernández visitaba el Centro Forense para habla con el Dr. Martín. Se entrevistaron en la morgue donde guardan los cuerpos de los cadáver.
   El Dr. Martín le dijo:
—El caso me tiene perplejo. Los cuerpos de los dos afectados están deshidratados a extremis, me encontré con órganos reducidos veinte veces su tamaño por falta de líquidos. Los glóbulos rojos están, pero sin agua. El plasma se les ha evaporado. Esto no tiene sentido.
   El Comisario preguntó:
—Les abran hecho una transfusión y le han quitado la sangre.
   El Dr. Se lo explicaba:
—No. No hay cortes ni pinchazos. Es como si los hubieran absorbidos por ósmosis. Como si el fluido hubiera salido por sus poros, o sus orificios naturales. No existe precedente en la literatura de medicina de algo así.
  El Comisario repreguntó:
—¿Y como explica lo de la movilidad de la decapitada? ¿Por qué se movía su cabeza y su cuerpo seccionados?
   El Dr. Martín sincero decía:
—Tampoco tengo respuestas. Lo cierto que desde el amanecer que dejó de moverse no lo ha vuelto hacer está noche.
   Hernández dijo:
—Vine de noche pensando que tal vez esas criaturas se muevan al oscurecer.
—Sí. También lo pensé, pero no lo ha hecho. Puede ser que haya alguna condición que falte para que se produzca el movimiento  de está criatura.
   El Comisario advirtió:
—Debe continuar observando a estas cosas. Pero dígame, ¿Por qué ataco a su colega?
   Esta vez el Dr. Martín no tuvo dudas:
—Justamente el ataque de esta criatura es para reponer sus líquidos. Hambre de fluidos, seguramente. ¿Y usted Comisario tiene alguna pista del caso?
   El Comisario saco un dibujo de su chaqueta y se lo mostró:
—Este es un retrato robot de alguien que tal vez sepa algo. Estuvo con el chico de la discoteca. Tengo que encontrarla. Se llama Silvia, eso es todo lo que sé.
—Yo le sugiero que debemos buscar ayuda. Tal vez con un Físico Quántico, creó que pueden darnos explicaciones fuera de lo convencional sobre lo que sucede acá.
—Es buena idea. Como también podríamos buscar un brujo porque esto parece un caso de Zombis. Como los de las películas de terror.
   El Dr. Martín rió:
—Mire mi hijo. Yo no puedo permitirme pensar en brujerías. Yo trabajo  cortando cuerpos muertos todos los días. Para mi solo existe la ciencia.
   Pero el Comisario fue más allá:
— Tal vez no brujo. Tal vez un sacerdote. La religión tal vez tenga alguna respuesta.
   El Dr. Martín insistió:
—Tampoco me va lo de la religión. Déjeme que siga con mi método científico.
 El Comisario le dijo:
—Muy bien prosiga así. Yo veré que nos manden un experto en casos  de sextas ,ritos y satanismo. Tenemos una división dentro de la policía.
Hasta pronto.
—Adiós.

   Una semana más tarde, en la entrada de la Comisaría aparcaba un coche del que bajo una mujer que se dirigió al interior; y dentro solicitó hablar con el Comisario Hernández:
   El Comisario la hizo pasar a su despacho y ella se presentó:
—Soy la Inspectora Gabriela Pérez, especialista en criminología ritual y satánica. 
   El Comisario se sorprendió que fuera una mujer la especialista, se había imaginado que sería un hombre y de edad. No imaginaba a una guapa pelirroja que hiciera ese trabajo, pero aceptaba de buen grado que haya venido alguien a ayudarle,  y le dijo:
—Me alegro de que esté aquí. Tengo un caso difícil e inexplicable que ya se lo expondré. Se que ustedes tratan casos de asesinatos de sacrificios y brujerías. De gente alienada que cree hablar con demonios. Pero al final son todos locos.
  La Inspectora quiso hablar un poco sobre su función:
— Verdad. Hay mucha locura. Pero hay muchas cosas raras que van más allá de lo explicable. Como el caso de un paralítico que para hacer ofrenda al diablo recuperaba el caminar y salía a buscar a alguien que matar como ofrenda. Nos costo encontrarlo y dar con él. Ahora está en una cárcel de seguridad y volvió ha estar paralítico. Los neurólogos dicen que tiene la médula seccionada, que era imposible que se levante jamás.
   El Comisario vio que ella era lo que necesitaba y la invito a sentarse a su escritorio. Y le dijo:
— Este caso es el de dos personas encontradas muertas que aparentan un envejecimiento instantáneo. Los análisis nos dan una deshidratación extrema a punto que parecen pasas de uvas.
   La Inspectora le dijo:
—Perdón, pero eso no sé si entra en mi campo.
Hernández le hizo una seña que el quería seguir hablando:
—Lo extraño es que estos muertos reviven. La primera victima, que fue declarada muerta se levantó y mató a un medico forense.
   Hernández sacó unas cuantas fotografías y se la enseño. Está vez la sorprendida fue la Inspectora:
—Esto es inaudito. ¡Nunca me cruce con un caso de zombis!… Es sabido  que en las Islas Haití existen casos unos supuestos zombis de muertos revividos por vudú; que según algunos investigadores se usan neurotoxinas del pez globo que simulan la muerte, pero solo sería un estado transitorio. 
El Comisario le dijo:
—¿Y esos zombis también se mueven luego de ser decapitados? 
Mientras le paso la foto.
—¿Quéee?
—Eso...Yo lo he visto cuando sucedía. Y tengo al Dr. Martín ,el forense ,estudiando el caso. Lo iremos a ver  ahora, ¿si le parece?
   La inspectora excitada dijo:
—Estoy a su entera disposición Comisario. El caso es muy extraño y quisiera ayudarlo a resolverlo.
 —Muy bien Gabriela. Movamos el culo y vayamos al Centro Forense.
     Minutos mas tarde  se estaban  entrevistando con el Dr. Martín, que les llevo a la morgue donde tenían refrigerados los cuerpos y se los mostró:
  —Este es el joven de la discoteca, su edad era de veintidós años, ahora parece una momia por su deshidratación instantánea.  En la siguiente heladera tenemos el cuerpo de la decapitada y en el que le sigue al de mi colega. Que según me disculparán lo tengo vestido por el pudor ajeno de haberlo conocido.
   El Comisario Hernández le dijo:
—No se preocupe. Lo entendemos.
   El Dr. Martín se los mostró y luego los llevó al laboratorio mientras les comentaba:
—He descubierto, en los pocos fluidos que queda en los cuerpos, unos corpúsculos  extraños que mandaré ha hacer más análisis porque yo no los identifico. Se los mostraré.
   El trío se acercó a la mesa del laboratorio donde había una mesa con un microscopio  en la que invitó a sentarse a los investigadores. Gabriela observo el frasco con la cabeza de la decapitada Rufh, que daba la impresión se veía agrandada por el efecto de flotar en el líquido que la contenía. Era desagradable su estado. 
El Comisario se sentó primero y pudo visualizar un pequeño extraño brillo plateado en la muestra orgánica que tenía en la platina del microscopio.

   El Dr. Martín comentó:
—Creó que esos corpúsculos son los responsables de que el cuerpo se haya activado la noche de la semana pasada. Desde entonces no se han producido cambios ni movimientos. 
   La Inspectora Gabriela preguntó:
—¿Usted cree que volverá a hacerlo?
—Sí. De hecho que ya sé el porque no se mueve en estos días. Les haré una demostración para probar lo que les digo.
   El Comisario y su ayudanta lo miraron con sorpresa. 
   El Dr. Martín marcho y trajo un aparato que aparentaba un reflector. Luego acomodaba al frasco con la cabeza y les proveía de sendas gafas oscuras mientras les explicaba:
—La noche que se produjo el ataque , era el ultimo día de la fase lunar de luna llena. Pensé que este era el cambio sustancial que activa el movimiento en los cuerpos. Sabido es que la luna llena provoca cambios en la mareas por la proyección de iones que rebotan en sus superficie que aumenta la atracción magnética de su propia masa … Este aparato que voy a encender, produce una carga iónica similar a la que emite la luna en su fase llena. Es un cañón de electrones. Pónganse las gafas.
   Y ubicándose a su lado lo encendió. La cabeza en unos momentos, pestaño y abrió sus ojos. Luego, abrió la boca y movía su lengua como un gusano saliendo de una calavera. 
   Luego de unos momentos, apago el interruptor y la cabeza cerro los parpados y se quedó quieta. Y el Comisario Hernández dijo:
—¿Pero es que esa cosa está muerto o no?
—Está muerta según nuestro concepto de muerte, pero en estado de letárgia para moverse cuando salga la luna llena.
Gabriela dijo:
—Por lo que nos queda menos de dos semanas para hallar al agente propagador de está infección.
   El Dr. Martín confirmaba:
—Exacto. Si la trasmisión se produjo los últimos dos días de la fase lunar cuando llegue la próxima, de siete días, tendrán muchos más casos como este. ¡Y son peligrosos una vez que reviven!
Continuará …
   









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