Maldición

Maldición
HORROR

viernes, 27 de abril de 2012

Forenses

   En el centro forense llego el cadáver que se coloco en la sala de análisis de cuerpos. Allí, el Doctor Martín y el Doctor Richard examinaban ocularmente al cuerpo. Martín dijo:
—Es extraño, la piel parece deshidratada más que envejecida. Richard, te dejaré a cargo de todos los análisis de esté cuerpo  y quiero un informe a la noche cuando volveré. Yo haré la disección del cuerpo. Vale.
—Vale. Se lo tendré todo listo. Pero a la noche, yo libro. Hoy tengo muchos planes con mi novia. Y ella no perdonará más excusas.
—Bien joven, vendré a tiempo.
  El Doctor Richard era un talentoso forense y ayudante del prestigioso Doctor Martín. Juntos y con el moderno instrumental de última generación habían resuelto muchos misterios en muertes y asesinatos. Ambos colaboraban en sus tareas. 
   Richard lo primero que hizo fue tomar la huellas digitales que le dieron un resultado extraordinario. La mujer era Ruhf Billar de treintaitres años, con un historial medico saludable hasta el mes pasado. Y ahora era un amasijo de piel y huesos.
   Inmediatamente saco muestras de tejidos de piel, de fluidos y hasta de médula espinal por punción en la espalda del cuerpo y se puso a trabajar para obtener resultados. El trabajo era muy apasionante y empezó a pensar que esa noche su novia lo tendría por fuerza que disculpar. Las horas pasaban sin darse cuenta y la luna llena se volvía a levantar en el firmamento. 
El cadáver se sentó en la camilla.
Richard estaba en la habitación contigua sacando datos y preparando un informe ante el ordenador. Tenía la atención totalmente concentrada en la pantalla donde tenía datos numéricos y gráficos. No se daba cuenta que el cadáver caminaba hacía él.
   Richard solo se percató cuando los brazos huesudos le abrazaron desde atrás y sintió los dientes desgarrándole la yugular de su cuello. El dolor fue intenso pero el terror peor de la sorpresa de ser atacado por una muerta.
Continuará …







jueves, 26 de abril de 2012

Nauseas


Mientras en esos momentos, la misa transcurría con normalidad. Hasta llegar a la parte de la eucaristía. Cuando Don Silvio tomó el vino y dijo:
—Tomad todos de el, por que está es la sangre de Cristo …
   Cuando él tomo el vino del cáliz sintió una nausea inaguantable que lo arqueó tras del pulpito y lo tuvo que escupir todo sin poder tragarlo.
  La  gente te alarmo ante tal situación y algunos salían a querer ayudarlo. El sacristán fue el más rápido en llegar a su lado y el cura le pidió que terminase la misa leyendo algún versículo. El no aguantaba la indisposición.
El sacristán hizo que guarden la calma y que los feligreses se sienten. Era un ex boxeador, Rojas, que tras su retiró exitoso se volvió muy fiel a la Iglesia y podía con la orden de culminar la misa.
Don Silvio se metió en la sacristía seguido de la señora Mari Clara, que era la que se encargaba del arreglo floral y la limpieza de la Iglesia. Y que siempre velaba por el cura para que lo tenga todo en orden. Ella le dio una banqueta y se puso al lado mientras le preguntaba:
—¿Cómo se encuentra, Don Silvio? ¿Llamo a emergencias?
—No deja. 
   El cura trato de levantarse y volver, pero llegando a la puerta el malestar lo volvía a doblarse de dolor y de vuelta volvía a la banqueta a reposar.
La preocupación de toda la gente no cesó, hasta que luego que el sacristán diera por terminada la misa. Ya recuperado, el cura, salió a despedirse  de todos mientras pedía disculpas por la indisposición que sufrió.








lunes, 23 de abril de 2012

el cadáver

   Tuvo que buscar un disolvente de pintura para quitarse el color en sus uñas.
   Luego fue al ropero a tomar su ropa de celebración de la misa y se encontró con un vestido se mujer colgado junto al sobrepelliz.
   Lo tironeo y sacó de allí a la prenda. Lo miró con asco y pensó tirarlo a la basura, pero se detuvo por ser una prueba de algo que no entendía. Así que lo colocó echo un bollo en un cajón. Luego siguió con sus cosas.

   En la habitación del hotel apareció un cadáver. La policía ya estaba revisando todo y haciendo informes sobre las circunstancia de aquel deceso. El inspector ,Comisario Hernández, no tenía bien claro lo que paso allí.     
    Le dijeron que entraron unas tretanieras y se encontraron con un cadáver de una mujer que aparentaba tener noventa o cien años. Sin signos de violencia o alguna marca de agresión. No obstante los encargados aseguraban de que esa no era la mujer a la que alquilaron la habitación sino que era otra mujer muy guapa; y que traía a otra de acompañante, a la que no vieron bien.
   Hernández pensó: O está mujer era la acompañante, a la que no vieron bien. O alguien dejo a su abuelita para no pagar el entierro.
   Por otro lado, era extraño la forma que estaba desvestida sobre la cama. Con los pantalones bajados. ¿Tal vez alguna forma enfermiza de necrofilia? Y también; que estaba aún aparcado el coche con el que entraron y por lo tanto alguien se fue  andando de a pie.             
   Hernández llamó por su móvil al equipo de forenses para que le preparen un informe sobre el fiambre que le enviaría. Necesitaba saber todo lo que estos médicos de la muerte le pudieran decir; porque el caso pintaba muy extraño.
  No toque nada oficial.
   Tuvo que para a un subalterno que tocaba el cuerpo. Este no podía creer que lo que había en la cama era un cuerpo verdadero de un humano. Parecía un cuerpo momificado.
    La ambulancia con los paramédicos llegaron y recogieron el cadáver.    

  019 A la mañana siguiente, Don Silvio se despertaba en su habitación. Se sentía muy  bien y se desperezó muy descansado como nunca. Pero enseguida se extraño porque él siempre durmió arropado con su pijama; y ahora, estaba completamente desnudo sobre la cama. Se miró las manos y se las vio pintadas de bermellón.¿Qué extraño? Él no sabía como sus manos amanecieron pintadas de esa manera.¿Qué broma es está?                              

   Se levantó y fue al ropero a buscar alguna prenda que ponerse, pero se quedó helado al verse al espejo su cara maquillada como un burdo payaso. Sus labios pintados como un maricón con coloretes en su mejilla le hicieron salir corriendo para el lavado y tirarse chorros de agua contra su cara. Mientras se preguntaba ¿Cómo lograron éstos gamberros dormirme y ponerme estas cosas?
   Tuvo que usar jabón para sacarse rápido el maquillaje. Luego se quedó más tranquilo al verse normal, pero se quedó pensando en que era lo último que recordaba. Pensó en los jóvenes que le trajeron una supuesta mujer poseída y que él despacho con premura. Ahí estuvo seguro...Todo fue una actuación para conseguir ponerme en este estado y quien sabe Dios si no me fotografiaron así para ponerme en ridículo o reírse de mí. Se dijo: Estaré alerta, pero ahora debo apurarme porque casi es la hora de la misa matinal. Pronto mis feligreses me estarán esperando.
 

lunes, 16 de abril de 2012

   019   Silvia se levantó de la cama, cogió la caja de metal y fue al lavado. 
   Se miró desnuda ante el espejo y se vió: bella, reluciente, con su piel sonrosada y suave como la de un bebe. Se acaricio su rostro y miró al neceser de cosmética. Lo abrió y comenzó a experimentar con delineantes, polvos y coloretes. La nueva Silvia era insaciable. Era bella, pero eso no le bastaba, quería ser más bella.
   Silvia se dio todo el tiempo que quiso, no le molestó que Ruth yaciera muerta en la cama de la habitación contigua. Ella se arreglo y se colocó el vestido de colección y también las braguitas. 
   Salio por la puerta de atrás que llevaba a la cochera y volvió por la carretera hacía su casa. Se llevaba consigo el neceser y los zapatos de alguien que ya no los necesitaba.  
   La luna iluminaba su paso y ella caminaba feliz, por está noche estaba zaceada. 

  Continuará…



Exprimida

   Rufh quedó como una naranja exprimida.Su cuerpo se redujo a un saco de piel y huesos.
   Silvia se levantó de la cama, cogió la caja de metal y fue al lavado. 
   Se miró desnuda ante el espejo y se vió: bella, reluciente, con su piel sonrosada y suave como la de un bebe. Se acaricio su rostro y miró al neceser de cosmética. Lo abrió y comenzó a experimentar con delineantes, polvos y coloretes. La nueva Silvia era insaciable. Era bella, pero eso no le bastaba, quería ser más bella.



Expiró


Ruth solo se dio cuenta cuando ya casi no le quedaba soplo de vida y sintió el dolor en todo el cuerpo. Como si esté fuera aplastado por una aplanadora y echo mil pedazos. Pero ya era tarde. Expiró.


016  Silvia le sonrió y Rufh se acerco a sus pies y empezó a soplar para que las uña se sequen con más rapidez. Pero al estar tan cerca y sentir su olor corporal, no pudo resistirse y le beso los pies. Luego, fue besando su tobillo, su pantorrilla y sus rodillas.
   Silvia no la detuvo. Ella esperaba que Ruth se derritiera por ella, lo tenía todo controlado y cuando se acerco se besaron. Ruth le quitó la camisetilla  y luego fue Silvia la que tiró a Ruth en la cama y le desabrocho sus ropas. Se besaron con fuerza. La pasión emanaba vapores y ya nada importo a Ruth.
   No sintió que Silvia se apretó a ella para extraerle la energía, como si fuera una gran sanguijuela. Rufh se entregaba a ella en cuerpo y alma, no le importaba nada, solo era pasión desenfrenada.


015   Al entrar en la habitación, el  mirar de los ojos de Silvia la derritió y ella se acerco parloteando:
—Has tenido suerte. Te voy a regalar un modelo único, es el primero que tendría que salir la próxima temporada y de la colección exclusiva de nuestro diseñador.

Silvia lo miro y le dijo:
—Es muy bonito. Me lo pondré mas tarde, la pintura está fresca.
—Bien. Y también tienes la braguita que le hace juego.
   Silvia le sonrió y le hizo una seña para que se acerque y vea su trabajo de pintura. La verdad era que no lo hizo muy bien y se pintó también los dedos. Rufh rió pero no dijo la verdad:
— Te queda bien ,lo has hecho muy original.



014  La música funcional relajaba a las jóvenes y ellas lo aprovecharon sacando una botella de vino que estaba en la nevera. Rufh le servía mientras le decía:
—Llevo mucho en la industria de la moda  y jamás vi tanto desparpajo para vestir. Si nuestras clientas fueran como tú, quebramos seguro. Aunque no quiero decir que eso te quedase mal. Veo que tu eres una flor silvestre de pueblo. Ni siquiera llevas pintadas las uñas y sin ningún maquillaje.
   Silvia se miro sus manos y le dijo:
—Me gustaría pintarme.
— Buena idea. Tengo lo que tu necesitas entre mis cosas que subí.
   De su bolso saco una caja de metal que abrió. Tenía todo para maquillarse del pie a la cabeza. Y le propuso:
—Vamos a la cama. Allí se trabaja más cómodamente.
   Pasaron a la otra habitación y ambas se sentaron. Fue Ruth la que pinto la primera uña del pie de Silvia y luego le dejo con la tarea de los demás dedos.
   Rufh salió de la habitación y se fue al lavado. Allí se preguntó; porqué se sentía atraída por aquella desconocida y pensaba que solo quería que ella no se vaya de allí. Salió del lavado y se fue a revisar su bolso de donde extrajo un vestido con tablas.

Soy Silvia

La conductora le preguntó:
—¿Cómo te llamas?
—Soy Silvia.
   Y está se presentó:
— Bonito nombre. Yo soy Rufh, un gusto de conocerte. Soy directora de marketing de una empresa de diseño de moda y vuelvo de trabajar. Tu serías una modelo excelente. Pero perdona mi curiosidad ¿Por qué andas tan ligera de vestimenta?
—Tenía calor y ganas de pasear a la luz de la luna.
   Rufh se sorprendía de las respuestas de Silvia, pero se sentía atraída a ella por un encanto indescriptible que lo sentía hasta en el cuerpo. Por eso le dijo:
—Sería conveniente parar a tomar algo. He conducido mucho hoy y debería descansar en algún sitio. De paso hablamos. Creó que hay un hotel un poco más adelante. 
   Silvia le contestó:
—Sí. Lo hay. Podemos ir allí.
La nueva mujer que apareció desde las entrañas de un hombre parecía razonar con capacidad para discernir. Como con una segunda personalidad que afloró completamente estructurada, que busca un fin concreto y que ocultó totalmente a la personalidad original; que fue hasta hoy.
   Rufh se encargo de solicitar una habitación y entró por la cochera para dejar aparcado su vehículo. Tomó algunos bolsos y subieron al cuarto que le dieron.



Primera Víctima

Ella camino sin rumbo por la pequeña acera del pueblo en paralelo a la calzada, por la que pasa  la ruta de automóviles. Iba descalza bordeando las casas, que en esas horas, la gente te encontraba ya en su interior; tal vez cenando o próximo a descansar. En definitiva no había nadie del pueblo que la viese pasar.
   Un coche surcaba la carretera con sus luces encendida y cambiando estas de  posición al acercarse a las zonas pobladas. Así con la prudencia de una conductora mujer bajaba su velocidad en las zonas urbanas. Cuando sus faros iluminaron a una peatón de blanco que cual fantasma descalzo llamo su atención. Y se alarmo porqué era extraño por lo poco vestida que estaba.
   La rebasó unos doscientos metros y piso el freno. Puso la luz intermitente y se cercioró que no viniese otro coche para retroceder y ponerse a la par de la mujer descalza. Le preguntó:
—Hola. Disculpa, me preguntaba por si necesitas ayuda.
   Está se acercó a la ventanilla y la conductora se percató que era una mujer de extraordinarios rasgos bellos con un cuerpo sensual apenas cubierto con la camiseta que dejaba ver sus atributos. Está le contestó:
—Si necesito ayuda. Que alguien me invité a pasear y que me acompañe un rato.
   Ante la seductora sonrisa, la conductora, quedó sin fuerza de voluntad y le dijo:
— Púes tengo un tiempo para hacerlo. Te invitó. Sube conmigo al coche.
   Ella dio la vuelta y entró al coche al lado de la conductora.


martes, 10 de abril de 2012


 011  Tirado aún en el suelo con la cara contra el piso, ya no se dio cuenta de nada, pero su cuerpo cambiaba. Como una oruga en su capullo, su sotana se movía .
     Por su calva salía nuevos cabellos que como una enredadera diabólica pronto cubrió toda su cabeza y su rostro desapareció entre un mar de cabellos.
      Luego se quedo quieto como si estuviera muerto.

      Pero pronto hubo otra vez movimiento en aquel cuerpo que se quitó la sotana. Y él ya no era él, era ella.
      Ella completamente desnuda sintió necesidad de salir de allí. Necesitaba salir a ver a la luna , salir a buscar una presa, tenía hambre mucha hambre pero no de comida. Era otra cosa que la movía.
      Desnuda recorrió la casa y fue hacia el ropero dormitorio dirigiéndose al ropero.
    Allí empezó a revolver la ropa tratando de encontrar algo para ponerse, pero todo era ropa de hombre. Solo encontró una camiseta interior que le sirvió para usar. Y así salió a caminar descalza a la luz de la luna.

CONTINUARÁ PRÓXIMAMENTE.

010   Un temblor le empezó a subir por ese brazo y se le extendía por todo el cuerpo. Se toco la frente y ardía. Sus pectorales tenía un temblor como fasciculaciones musculares ,que era como si le latiera. De repente se miró y notó que sus pezones se erguían. Dijo en voz alta:
_Maldita hormonas que le ponen a los pollos.
Pero sus pezones seguían traccionando y  tras de ellos se vio crecer un par de tetas , que lo horrorizo. Se palpaba y hasta se las apretaba para evitar su sobresaliencias pero como si nada.
   A la par, comenzó a ver que su mano izquierda cambiaba. Se achicaba sus dedos y sus uñas crecían a un ritmo vertiginoso. Comparó sus dos manos y notaba la tremenda diferencia y grito:
_¡¿Qué me pasa Dios mío?!¡Noooo!
     Tuvo arcadas y se tomó el estomago para luego caer al suelo del baño donde se retorció de malestar. Y así perdió la conciencia. 


009  El cura se retiro esa noche a su departamento, a metros, casi pegado a la Iglesia que solo debía de cruzarlo y entraba por una puerta trasera. No sintió nada extraño y en esos minutos todo estaba tranquilo. Comió la comida que solo lo recalentó con el microonda en un minuto y se saco un buen tinto para   acompañarlo. Mientras miraba la televisión , que estaba dando noticias que daban cuenta de políticos prometiendo cosas en su campaña que nunca tienen propósito de cumplir.  Asesinatos y robos de cada día. Y al fin, los deportes. Santo deporte, que por lo menos el veía con alegría porque pensaba que era lo único bueno. Pensando que es el esfuerzo del humano y sus triunfos una forma que a algunos los pone contentos y a otros mal.
   Le empezó a doler el brazo izquierdo y no sabía por que.
   Se fue al baño ante el espejo y se levanto la manga de su sotana. Allí se vio los arañazos que tenía ,  que le infligió la mujer  histérica.
   Un escalofrío le subía y le bajaba por el cuerpo. Se sentía incomodo y se dijo que debería lavarlo con agua y jabón para que no se infecte. Luego de hacerlo se tiro un poco de agua oxigenada para matar los gérmenes in situ.

Y ella reventó


007 Y ella reventó en mil pedazos como si le hubieran colocado TNT en las tripas, pero sin ruido fuerte, más que un sonido de pedazos de carne y sangre que caen a la calzada. Allí quedaron esparcidos pedazos de huesos, cráneo, viseras y dientes en la calle.
    Los jóvenes no volvieron al lugar, pero luego de unas horas llamaron a la policía para decir que algo sucedió frente a la Iglesia porque escucharon gritos. Ellos lo dijeron sin propósito de contar la verdad porque los tomarían por locos. 
   La policía le dijo que darían un vistazo por allí por la mañana.


007   Ellos se apartaron de ella, con el miedo en su cuerpo, que les hacía temblar. No sabían lo que le pasaba a la mujer pero no podían hacer nada por ella que seguía inflándose y deformándose.
 Ella no decía nada solo miraba a la luna. Mientras su cuerpo tensado al máximo comenzó a tener una vibración que presagiaba un mal final.
   Los jóvenes no aguantaron más y salieron huyendo de ella en una reacción instintiva de fuga.




  006  A poco de salir Don Silvio cerraba tras de ellos las grandes puertas.
   Los jóvenes se llevaban a la mujer, pero enseguida ellos se dieron cuenta que se volvía a poner mal y trataron de acelerar sus pasos. Pero la mujer empezó a tener cambios morfológicos  de una manera desaforada. Su rostro se hinchaba de manera que deformaban sus facciones mientras ella clavaba su mirada en la luna que brillaba imponente sobre ellos. Pronto su cuerpo también parecía hincharse en todos sus partes y hasta su peso corporal aumentaba al segundo que ellos no pudieron arrástrala más y la observaron horrorizados como la mujer parecía estar inyectada de un fluido que la inflaba como a una muñeca de plástico. Las venas y arterias se marcaban sobre su piel. Sus miembros se agrandaban como si tuvieran una inflamación instantánea. Sus pezones grandes como balones caían por su tronco cual saliva cae de la boca y no termina de caer.



 005  El cura le dijo:
_Señorita, ¿cómo se llama?¿se siente mejor?
   La mujer contestó confundida:
_¿Queeé?
   El de pelo crespo dijo:
_Parece que vuelve en sí.
   El cura le dijo entonces:
_Creó que es mejor que la acerquen hasta el hospital y la dejen allí.¿Pueden hacerlo?
   El joven de pelo crespo le contestó:
_Si, tenemos coche. La llevaremos hasta allí. Paúl tómala otra vez que marchamos.
   Así otra vez a la rastra se llevaron a la mujer, que antes de salir está giró su cabeza y le echó una mirada que al cura le pareció que quería decirle algo, pero que el le quitó importancia y dejó que se la lleven sin más.




004  El joven corrió por la nave hacía la pila de agua que vio a la entrada y sacando una botella plástica que tenía una flor que alguien dejo. Así que quito la flor y la metió en la pila para llenarla de agua.
   Mientras el joven que quedo ,le preguntó:
_¿Creé que está poseída?
_ No. Creo que esto es mas por consecuencia del botellón o de algo mas terrenal que de algo del mas allá...Ahyy.
   La mujer se retorcía y hundió sus uñas en el antebrazo del cura.
_Paúl rápido el agua.
   El cura tomó la botella y introdujo el pico de la botella en la boca de la mujer que querría esquivarlo y hundía más sus uñas en las sus carnes pero que no pudo evitar que tragase el agua. Esto pareció ejercer un cambio en la mujer que se relajo y sus ojos empezaron a reacomodarse lo que pareció que volvía en sí.


   003  El cura cuando sintió aquellos golpe se dirigió rápidamente con  premura a atender a quienes lo convocaban, mientras escuchaba la voces. Entorno la puerta y preguntó:
_ ¿Qué sucede?
_ Le traemos una mujer poseída.
_Adelante, traerla cerca del altar. Allí la veré mejor.
   Entre todos fueron hasta el primer fila de bancos y allí Don Silvio la observo y pregunto a ellos:
_¿Porque dicen que está poseída?
   Mientras ambos tiraban de sus dos brazos y el de pelo crespo le contestó:
_ Saltó en el parque sobre mi amigo Paúl y le ha querido besar sin conocerlo y al quitárnosla de encima empezó a aullar, la zorra. Así que está loca o poseída.
   El cura la palmeo en la cara y ella no reaccionaba sino que echaba espuma por su boca y sacaba su lengua mientras que sus iris no estaban el globos y solo se veía la esclerótica blanca. Parecía como a pesar de esto, la mujer   le observaba. El le dijo a Paúl:

_Déjeme que la sostengo, y tú consígueme agua.

  002  Pero cuando el se encontraba apagando luces y velas para cerrar la Iglesia. Afuera, dos jóvenes se acercaban tirando de una muchacha en busca del cura.

 _ ¡Don Silvio!,¡Don Silvio!...
   La muchacha estaba bien sujeta por sus brazos y obligada a caminar hacía la Iglesia, pero se resistía e iba haciendo chillidos que casi eran gruñidos.
    Los jóvenes eran fuertes andando en la veintena de edad, pero aún así la joven los detenía en sus pasos y debían esforzarse para arrastrarla. No quería que la acercarán a la Iglesia porque cuando más se acercaban más chillaba y se revolvía agitando todo su cuerpo en un rechazo total a donde se dirigían.
    La luna llena los iluminaba con una claridad intensa que la farola que estaba cerca de la Iglesia quedaba como si no estuviera encendida.
    Los tres llegaron ante la antigua puerta de madera de la Iglesia y para no soltar a la mujer que sostenían, uno de los jóvenes que tenía su pelo encrespado , comenzó a patear con furia la puerta. Mientras seguía gritando.


INICIO  001
   Érase un cura de pueblo con una vida tranquila. Sus horas estaban estipuladas, su homilía aconsejada por el obispado y sus feligreses fieles a sus costumbres de venir a escucharlo.
   Como tantas otras veces , se despedía dándoles su bendición por compartir su tiempo con él y de las colectas que generaba para la Santa Iglesia.
   Don Silvio lo llamaban en su parroquia, y las otras tres que debía cubrir para ganar su sueldo, pero que tenía su recompensa porque lo consideraban casi, casi un santo. Recibía regalos e invitaciones tanto decentes como de las otras, que alegraban su vivir en está tierra de sufrimientos.
   Como en todas partes, sus fieles en mayoría eran mujeres, debido a la
posibilidad de que ellas son mas longevas y hombres mas reacios a la influencia de un guía espiritual. Siempre estaba rodeado por mujeres, a las que conocía en todos sus aspectos, por lo que en su fuero interno estaba contento de que ellas no podían ser sacerdotisas y el gozaba de una exclusividad que lo hacía diferente.
   Pero físicamente su fisonomía y aspecto era el del típico español. Con gruesos cejas y cara redondeada, ojos grandes de color verde pero que casi no sobresaltaba por mezclarse con algo de marrón en su pigmento. Manos grandes y mucho pelo en su cuerpo que se disimulaba bien  con todo el ropaje de que le proporcionaba su profesión.
   Hoy ya le tocaba su descanso, cerraría la Iglesia he iría a su vivienda adosada en la parte de atrás del mismo edificio de la iglesia. Tenía ya la comida que le preparaba “María la del Huerto”. Señora que colaboraba en todo desde tiempos inmemoriales en el que el cura piso el pueblo. Sería entonces su calvario ir a leer o mirar la televisión.